Artepan, la cultura del pan

“QUEREMOS GENERAR  CULTURA DEL PAN”

Txema Pascual de Artepan, sin dudarlo, el mejor pan de Vitoria

En un mundo como el actual, en el que cada vez hay más gente que se preocupa por lo que come, el pan ocupa un lugar prioritario. Desde Artepan lo han entendido claramente y apuestan por una forma tradicional de hacer las cosas, recuperando su auténtico valor y revalorizándolo. Devolviendo al pan el lugar de honor que se merece.

Además de elaborar los mejores panes y pasteles alaveses, en una de sus tiendas, Mamia, situada en la calle Pintor Díaz de Olano, además de su obrador han acondicionado también un aula en la que ofrecen, generalmente los sábados por la mañana, formación gastronómica mediante cursillos y catas de todo tipo de productos –quesos, vinos, cerveza, conservas, etc.-, aunque los más demandados, son, sin duda, los dedicados al pan y a la bollería.

“El que aprende a hacer buen pan luego no lo compra en una gasolinera. Aprecian y saben lo que hay detrás de un buen producto. Queremos generar una cultura del pan” afirma Txema Pascual, responsable de producto de Artepan, empresa creada en 1983 en un pequeño obrador en la calle Jesús Guridi y que en la actualidad cuenta con cinco establecimientos en Vitoria.

Ese obrador de la calle Guridi se transformó en la pastelería de referencia en Vitoria y los Goxuas (especialidad local), el Extreme (esfera de mousse de chocolate) o el pastel vasco, siguen reinando hoy en día en los gustos de los más golosos. Y para quienes prefieran una tarta que pueda viajar sin estropearse, sin dudarlo, pidan la de Tximeletak (hojaldres caramelizados bañados en chocolate). La recordarán.

Segunda generación de panaderos “mi padre sigue haciendo pan en su casa, con 84 años” originarios de Peralta, Navarra, en los años 80 se trasladaron a Vitoria. “La unión pan y salud es muy importante, y para lograr esa unión hay que utilizar buenas materias primas y, sobre todo, utilizar procesos lentos. En la elaboración del pan se ha tendido a acortar tiempos. Panes que están hechos con mucha carga de levadura en poco tiempo, luego están dando muchos problemas de intolerancias”, comenta Pascual.

Para Txema el futuro es halagüeño y pasa por la educación de los paladares de los más jóvenes. “Seguirán gustándoles la comida rápida, pero también estoy detectando que se preocupan por cómo se elaboran los productos, de dónde vienen, etc. ya no es sólo alimentarse y ya está”.

La apuesta de Artepan es clara: “tienes que hacer cosas porque estás convencido de ello y esperar que la gente lo valore y lo compre. Además, no podemos competir con unos pasteles o panes industriales. Tenemos que ofrecer algo diferente. Hay clientes que te compran pasteles todas las semanas y otros sólo cuatro veces al año pero sabes que eres su pastelería de referencia y eso es lo importante”.

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