El gran reto era hacer un hotel moderno y de lujo en un edificio emblemático, ubicado en pleno centro de San Sebastián, en el entorno de la catedral de Buen Pastor. Vaciarlo por completo y reconstruirlo de nuevo, manteniendo la estructura externa, pero adaptando sus espacios a los nuevos usos -bar, restaurante y hotel de 50 habitaciones-. Lo han conseguido en año y medio. Los responsables de su interiorismo nos presentan el Hotel Arbaso.
“Para nosotras lo importante en un hotel es que te puedas sentir un poco como en casa, no nos gusta la estética estandarizada de los hoteles de cadena. Normalmente ese tipo de hoteles se encuentran en establecimientos pequeños, en ubicaciones muy concretas de Europa, algo que creemos que no ocurre tanto por aquí. En algunos hoteles de Dinamarca o Londres hay más cultura de diseño. Y en eso nos inspiramos para hacer este hotel” comenta Amaia Orrico, quién, junto a Arantza Ania, ha dirigido en interiorismo del hotel Arbaso.
Para Iñigo Gárate, del estudio de arquitectura FIARK, “la idea que hemos querido transmitir en este hotel ha sido la de la calidez y calidad, con un discurso muy vinculado con esta tierra, el País Vasco. Es el entorno que nos rodea, de ahí sale también la selección de los materiales. Desde la elección del tipo de madera –roble y nogal-, el acero de las mesas, la piel de los sofás, alfombras y resto del mobiliario, el lino o los colores de las habitaciones. Todo muy natural y relacionado con nuestro entorno”. Sus proveedores han sido locales.
Como ejemplo, la utilización de mármol ‘negro Markina’ en los suelos que cubren la planta baja del hotel y del restaurante. Son del mismo color que se utiliza en todos los pavimentos de las calles donostiarras.
“Hemos tenido la gran suerte de que desde la propiedad han confiado mucho en nuestro trabajo y nos han dejado hacer, hemos podido elegir, plantear, proponer. En la rehabilitación de este hotel han participado muchos profesionales y entre todos hemos podido unificar el discurso y el proyecto. Dirección, mantenimiento, propiedad, interiorismo, marketing… hasta el diseño de los uniformes de inspiración vasca de los trabajadores y la selección de sus tejidos han tenido una coherencia”, resalta Arantza Ania, de Orrico&Ania Interiorismo.
Verde bosque
A nivel cromático, han diferenciado claramente el interior de todas las habitaciones, dividiéndolas en los dos espacios complementarios: la zona de sueño –más acogedora, de descanso, relajante, con color verde bosque- y la de día, un espacio más activo, de más vida, en el que poder tomar algo, todo ello en blanco. Con una excepción. Las habitaciones dúplex de la planta superior, en las que, por su orientación, sur, se ha utilizado el verde bosque en vez del blanco para evitar la excesiva luminosidad que llega a través de sus clarabollas.
Muy funcional
“Otro de los desafíos más importantes ha sido el de crear un espacio muy funcional siguiendo criterios hoteleros, empresariales y de interiorismo. Dar satisfacción a las necesidades de todo tipo de clientes, desde jóvenes familiarizados con la digitalización y la domótica, hasta personas de cierta edad para quienes, a veces, la utilización de estos mecanismos les causa cierta dificultad. Aquí es todo fácil, intuitivo y funcional. Todo On-Off” explica Iñigo.
La terraza del Narru
El restaurante del hotel Arbaso, el Narru, mantiene la misma filosofía estética que el resto del edificio. Adaptado a las necesidades lógicas de un espacio gastronómico, donde lo que se ve y lo que no se ve han de estar en perfecta armonía y en cuya cocina los espacios han sido calculados al milímetro. Destaca su espaciosa terraza cubierta, en los arcos del Buen Pastor, en una calle, Loiola, cuyo tramo próximo al hotel será en breve peatonalizada.