Ribera Inesperada es el nombre de una campaña para dar a conocer esta zona del sur de Navarra, un espacio dominado por el Ebro que ha sido históricamente lugar de encuentro de culturas. Romanos y musulmanes, judíos y cristianos, vascones y celtas han dejado su legado en forma de gastronomía, arquitectura, cultura y costumbres. La Ribera sabe a verdura, pero también a cultura, naturaleza e historia.
Recorrer  el  desierto  en  bicicleta,  remar  por  el  Ebro,  pasear  por  la  judería  de  Tudela  o  admirarse  con  catedrales  y  monasterios  para  luego  saborear  una  ensalada  de  cardo  rojo  y  una  menestra  de  invierno  con  un  buen  vino.  Ya  tienen  plan.  Pueden  añadir  observar  aves,  pasear  e  ir  de  pinchos,  alojarse  en  un  hotel  frente  a  las  Bardenas,  correr  o  caminar  por  vías  verdes,  seguir  a  pie  la  ribera  del  Ebro  por  La  Mejana  y  sus  famosas  huertas  o  visitar  los  espacios  donde  se  ha  grabado  Juego  de  Tronos.
La  Ribera  es  más  que  inesperada,  es  sorprendente  y  un  lugar  perfecto  para  explorar  y  disfrutar  por  sus  grandes  posibilidades,  acompañadas  de  una  gastronomía  excepcional  que  se  puede  disfrutar  en  muchos  restaurantes  y  encontrar  en  mercados  y  fiestas  locales.
Si la visita por primera vez hay una serie de cosas que no se puede perder, empezando por Tudela, la capital del sur de Navarra y un verdadero crisol de culturas. Imprescindible acercarse a la Puerta del Juicio de la Catedral de Santa María, recorrer las callejas de la judería y el casco antiguo y admirar los murales contemporáneos, testigos del festival de arte Urbano Avant Garde. Palacios, iglesias, un mercado, el de Abastos, donde comprar su famosa verdura y una ruta de bares y restaurantes para degustarlas.

Tudela  está  marcada  por  el  río  Ebro,  cuyos  sotos  se  pueden  recorrer  por  la  Gr  99,  ruta  que  pasa  por  La  Mejana,  una  península  tradicionalmente  dedicada  al  cultivo  de  las  verduras  por  parte  de  los  hortelanos.
A  pocos  kilómetros  de  Tudela,  en  el  término  de  Fontellas,  se  encuentra  El  Bocal,  punto  de  inicio  del  Canal  Imperial  de  Aragón,  donde  se  encuentra  la  presa  mandada  construir  por  Carlos  III  de  España.  Un  lugar  perfecto  para  el  paseo  y  para  conocer  de  cerca  el  Ebro.
Si  les  gusta  pasear  no  pueden  perderse  dos  rutas:  la  vía  Verde  del  Tarazonica,  que  conecta  Tudela  con  Tarazona,  y  la  ruta  del  Agrohalama,  un  paseo  entre  huertas  y  campos  de  cultivo.  Ambos  para  recorrer  en  bicicleta  o  a  pie.  Y  por  supuesto  Las  Bardenas,  el  desierto  más  al  norte  de  Europa  y  una  maravilla  paisajística  y  natural.  Para  conocerlo  bien  hay  varias  empresas  de  turismo  activo  que  le  ayudarán  a  realizar  rutas  y  contemplar  sus  lugares  más  emblemáticos.
Otro  entorno  natural  de  primer  orden  es  el  denominado  Territorio  Visón,  cuya  oficina  de  información  está  en  Falces,  una  de  las  localidades  que  alberga  la  mayor  colonia  de  visón  europeo  del  continente.  Un  proyecto  de  mejora  de  la  biodiversidad  que  se  ha  empeñado  en  favorecer  la  proliferación  de  este  pequeño  y  emblemático  mamífero  que  habita  en  los  bajos  de  los  ríos  Arga  y  Aragón,  tributarios  del  Ebro.
Los  amantes  de  las  aves  también  tienen  aquí  un  lugar  excepcional  para  su  observación,  con  más  de  once  puntos  de  interés,  miradores  y  lugares  para  otear  sotos  ribereños,  estepas,  campos  de  cultivo  o  humedales.
Si prefieren el arte y el patrimonio La Ribera ofrece una oportunidad para transitar desde la antigüedad hasta el arte contemporáneo. Monasterios como el de Fitero, fundado en 1140 y primero del Císter en España, o el de Tulebras, el primer cenobio femenino, también del Císter; castillos como los de Marcilla o Cortes, palacios barrocos, iglesias… junto a edificios emblemáticos del siglo XX como los realizados por el arquitecto tudelano Rafael Moneo, que ha dejado su huella en edificios urbanos. Destaca también el hotel Aire Bardenas, un edificio premiado en multitud de ocasiones por su originalidad y vanguardia, ubicado muy cerca de Tudela en pleno campo, con unas vistas impresionantes desde sus habitaciones.

No podemos terminar sin retornar a las verduras, el emblema de La Ribera sea cual sea la época del año. Ahora, en invierno, cardo rojo, cogollos de grumillo, achicoria, crucíferas, alcachofas, borraja, cebollas babosas… las encontrarán en bares y restaurantes, al modo tradicional o contemporáneo, elaboradas de mil maneras: cocidas, crudas, salteadas, asadas, fritas… un verdadero placer y que, por sí mismas, ya justifican una visita.

INFO
www.redexploranavarra.es
www.turismoriberanavarra.es

