Las murallas de Pamplona son un conjunto fortificado excelentemente conservado y uno de los mejores exponentes de ciudad fortificada de España. Con un recorrido de cinco kilómetros, que se prolonga dos kilómetros más si se incluye la Ciudadela, constituye uno de los mejores paseos turísticos de Pamplona. La declaración de Monumento Nacional y la de bien de Interés Cultural avalan su interés.
Pamplona  siempre  estuvo  en  peligro.  Primero  por  la  expansión  de  los  reinos  de  Castilla  y  Aragón  y  después  por  la  cercanía  a  Francia.  A  ello  hay  que  añadir  el  miedo  de  los  monarcas  españoles  a  un  posible  levantamiento  de  los  navarros  tras  la  anexión  a  la  corona  de  Castilla  en  1512.  Todas  estas  circunstancias  hicieron  que  la  fortificación  de  la  ciudad  fuera  necesaria  y  que,  una  vez  fortificada,  se  levantara  la  Ciudadela  por  orden  de  Felipe  II,  una  formidable  construcción  defensiva  ante  los  ataques  de  Francia  y  un  seguro  de  vida  para  las  tropas  castellanas  ante  un  posible  levantamiento  ciudadano.
En  pleno  siglo  XXI  las  murallas  son  un  emblema  de  Pamplona  y  uno  de  los  mejores  lugares  para  recorrer,  sea  por  su  parte  superior,  siguiendo  la  línea  fortificada  y  con  espléndidas  vistas  sobre  las  montañas  y  la  parte  baja  de  la  ciudad;  sea  por  su  parte  inferior,  recorriendo  el  Paseo  del  Arga  al  pie  de  las  murallas  y  pasando  por  bosques  de  ribera,  huertas  y  granjas  de  animales,  insertas  en  medio  de  la  ciudad,  conformando  un  anillo  verde  de  excepcional  valor.

Si  eligen  pasear  por  las  alturas,  el  punto  de  partida  puede  ser  el  parque  de  La  Media  Luna,  donde  se  sitúa  el  centro  de  Interpretación  de  las  Murallas,  un  lugar  de  visita  imprescindible  si  queremos  comprender  en  su  totalidad  el  sistema  defensivo  situado  en  el  Fortín  de  San  Bartolomé.  Siguiendo  la  muralla  llegaremos  al  Baluarte  de  Labrit,  Guadalupe,  Pilar,  Abrevador,  Parma,  Gonzaga  y  la  Taconera,  y  ya  en  la  Ciudadela,  los  de  Santiago,  Santa  María  y  Real.
Durante  el  recorrido  encontraremos  diversos  hitos  y  lugares  de  parada  donde  deleitarse  con  la  vista,  la  gastronomía  o  la  historia.  Merece  la  pena  detenerse  en  el  Baluarte  del  Redín,  con  impresionantes  vistas,  tomarse  un  refrigerio  en  el  Caballo  blanco,  visitar  el  Archivo  General  de  Navarra,  reformado  por  Moneo  a  finales  del  siglo  pasado  y  donde  se  guardan  los  documentos  históricos  del  viejo  Reino  de  Navarra  –y  que  alberga  frecuentemente  exposiciones-;  visitar  el  pequeño  zoológico  de  La  Taconera,  donde  los  animales  viven  en  semi-libertad  o  perderse  por  los  fosos  de  la  Ciudadela.

FORTÍN DE SAN BARTOLOMÉ, Centro de interpretación de las Murallas.
- Hasta el 15 de marzo: De martes a sábados: de 11:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 horas. Domingos: De 11:00 a 14:00 horas.
 - Desde el 15 de marzo: De martes a sábados: de 11:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 horas. Domingos: De 11:00 a 14:00 horas.
 

