El entorno natural y paisajístico en el que se enclava Lekeitio ya resulta más que suficiente para justificar una visita. Pero, además, las calles del casco antiguo de la villa, fundada en 1325, ofrecen la oportunidad de disfrutar de un patrimonio artístico abundante. El casco histórico de Lekeitio se divide en dos barrios, el artesano-comerciante y el marinero.
La Basílica de la Asunción de Santa María, que domina el puerto, sustituyó a otro anterior, posiblemente románico, consagrado en el año 1287. Santa María es un magnífico ejemplo del estilo gótico tardío vasco. En el interior encontramos un excelente retablo Gótico-Flamenco terminado en 1514, bañado en oro, y que es considerado el tercero más grande de España, tras los de las catedrales de Toledo y Sevilla.
La iglesia del convento de Santo Domingo es un edificio Gótico-Renacentista (1535). En su interior alberga dos capillas: la primera Gótica, de comienzos del siglo XVI, y la otra Barroca del siglo XVIII. El palacio Uriarte, Barroco-Clasicista del siglo XVII, guarda una antigua casa torre de finales de la Edad Media que sobresale sobre el tejado.
La casa Consistorial es un edificio barroco fechado en el XVIII. También son dignos de mención los palacios de Oxangoiti y Arostegi, las torres Turpin y Dorre Zaharra, la antigua Cofradía de Pescadores, la plazuela de Arranegi, el Palacio Abaroa, y los restos de la muralla medieval. Conviene no olvidar la ermita de San Juan Talako, con estupendas vistas de la costa vizcaína.
Como es natural debido a su ubicación, la localidad siempre ha estado volcada al mar y ha sido cuna de marineros, piratas, balleneros y comerciantes, cuya memoria se mantiene en el Centro de Interpretación Marítima, con visitas al Faro de Santa Catalina (único visitable en Euskadi), el lagar de Sosoaga y el molino de mareas Marierrota.
Atención especial merece la isla de san Nicolás, o isla de Garraitz, que se encuentra justo frente al casco urbano. Parcialmente unida a tierra firme por un dique construido para evitar que los sedimentos de la ría entren en el puerto y que sólo emerja en bajamar; también se puede acceder por la playa cuando la marea está muy baja, momento en la isla se convierte entonces en un tómbolo.
En cuanto a la gastronomía, destacan el pescado y los productos de temporada, así como la amplia oferta de “pintxos”, que son una delicia para el paladar. La oferta comercial es de gran calidad, tanto en lo que se refiere a productos frescos (pescado y productos de huerta), como a tiendas de ropa, decoración o artesanía.
Lekeitio conecta hacia Gernika pasando por Ispaster, con su bonita cala surfista de Ogella Ea, la sorprendente Elantxobe o Ibarrangelua. Hacia el interior de la comarca se encuentran pueblos con encanto como Amoroto, Gizaburuaga, Aulesti o Munitibar. En dirección a San Sebastián, por la carretera de la costa se encuentra la localidad de Mendexa.
Pare, disfrute del paisaje, las gentes y sus costumbres. Y haga como Isabel II: regrese a Lekeitio.