A pocos minutos de Bilbao, y con excelentes conexiones en tren, metro y autobús, Santurtzi es toda una puerta al mar. En su término municipal se encuentra el potentísimo puerto de mercancías del territorio, uno de los más importantes del cornisa cantábrica.
Entre otras muchas opciones, desde Santurtzi se puede salir a ver el paso de cetáceos por el mar, embarcarse para una jornada de pesca deportiva en el Cantábrico o navegar en busca de aves. Eso sin tener en cuenta que forma parte del Camino de Santiago y que el cercano monte Serantes es uno de los altos más populares en Bizkaia.
Pero decir Santurtzi es decir mar. Famosa por sus sardinas, coreadas en el cancionero tradicional, la ciudad propone visitas guiadas para conocer los lugares por los que pasaban las famosas sardineras, que vendían el pescado fresco que portaban en las cestas sobre sus cabezas.
Además, en Santurtzi se puede visitar el ‘Agurtza’, uno de los últimos boniteros de bajura fabricados en los astilleros vizcaínos, empleado en su día para capturar bonito, sardinas, verdeles o anchoas, y que hoy es sede del Centro de Interpretación de la Pesca. Además, el municipio ha habilitado un Museo del Mar en la antigua Cofradía de Pescadores, en la que se puede disfrutar de una subasta de pescado teatralizada.
Todo esto se explica porque Santurtzi ha sido uno de los puertos vizcaínos que más embarcaciones ha dedicado a la pesca de bajura, alcanzando en la época de mayor apogeo el medio centenar. Hasta principios del siglo XX la trainera era la herramienta esencial de esta actividad. Hoy, la trainera que representa a Santurtzi en las regatas de banco fijo es la Sotera.
A vela a avistar aves, a pescar o ver cetáceos
Los sábados entre diciembre y marzo se puede salir desde el puerto de Santurtzi a navegar en busca de aves marinas que observar. La singladura en velero se prolonga algo menos de cinco horas. Enero es muy buen mes para sacar el máximo partido a colimbos grandes, chicos, serretas medianas, alcas, araos, gaviotas enanas, cabecinegras o delaware.
Además, a lo largo de todo el año, siempre con reserva previa, se puede navegar en una jornada de pesca de altura de grandes especies pelágicas como bonito o pez espada.
No se precisa experiencia en la pesca: los patrones de las embarcaciones garantizan el disfrute de un día inolvidable que también puede quedar reducido a media jornada.
Para quienes busquen otro tipo de emociones, hace ya más de una década que es posible partir de Santurtzi a alta mar a avistar cetáceos. Durante las salidas se hace una realidad navegar junto a delfines a menos de un metro de la embarcación, compartir singladura con una familia de calderones de aleta larga o detenerse junto a una gran ballena. La experiencia incluye un breve seminario de iniciación a la observación de la fauna marina, un manual de identificación de aves y cetáceos, la compañía de un guía experto y un seguro. Hay una lista de espera y las salidas se realizan a partir de primavera.
Acérquese a Santurtzi y abra la puerta del mar.